Elixir inmunológico y algo más.
Desde el punto de vista alimenticio, los productos apícolas son valiosos suplementos nutricionales destinados a suplir carencias de la dieta moderna, basada en alimentos refinados e industrializados. El gran contenido de aminoácidos, enzimas, vitaminas, antioxidantes, ácidos orgánicos y minerales (elementos claves para nuestro equilibrio y que se pierden en los procesos de producción masiva) convierte a la colmena en una valiosísima fuente proveedora de salud y vitalidad.
En el caso del propóleo, ya se han detectado más de 250 elementos constitutivos y unos 50 principios biológicamente activos, lo que explica su gran cantidad de propiedades. Tienen resinas, bálsamos, aceites esenciales, minerales (mas de 20 oligoelementos), vitaminas, aminoácidos (7 de los 8 esenciales) y más de 50 grupos de flavonoides.
El propóleo estimula la reacción inmunológica del organismo; tiene la capacidad de distribuirse indistintamente a través de la sangre y la linfa, a todo el organismo. Combina efectos vaso-dilatadores e hipotensores, disminuye la fragilidad capilar, inhibe la oxidación del colesterol y normaliza la tensión arterial. Estos efectos se logran con el uso regular, no debiendo esperarse efectos mágicos en caso de crisis hipertensivas.
El Dr. Julio César Díaz, presidente de la Asociación Argentina de Apiterapia, dice que “la propiedad anticolesterolémica del propóleo, muy relacionada con la hipotensora, está determinada en primera instancia por la presencia de ácidos grasos no saturados, que inhiben la oxidación del colesterol, todo ello en presencia de pequeñas concentraciones del zinc presentes en el propóleo”.
En el caso de la hipertensión, el propóleo no es útil para la crisis hipertensiva; es un excelente regulador en forma lenta y sostenida.
Es un antibiótico de amplio espectro y un efectivo antigripal. Su acción antiinflamatoria y anestésica lo convierte en eficaz protector de la garganta y las cuerdas vocales.
A nivel digestivo normaliza el peristaltismo intestinal, ayuda a la regeneración de úlceras, es protector hepático.
Dermatológicamente tiene capacidad cicatrizante, desinfectante y antiinflamatoria, lo que lo hace indicado para heridas, quemaduras y afecciones de la piel.
En el caso del propóleo, ya se han detectado más de 250 elementos constitutivos y unos 50 principios biológicamente activos, lo que explica su gran cantidad de propiedades. Tienen resinas, bálsamos, aceites esenciales, minerales (mas de 20 oligoelementos), vitaminas, aminoácidos (7 de los 8 esenciales) y más de 50 grupos de flavonoides.
El propóleo estimula la reacción inmunológica del organismo; tiene la capacidad de distribuirse indistintamente a través de la sangre y la linfa, a todo el organismo. Combina efectos vaso-dilatadores e hipotensores, disminuye la fragilidad capilar, inhibe la oxidación del colesterol y normaliza la tensión arterial. Estos efectos se logran con el uso regular, no debiendo esperarse efectos mágicos en caso de crisis hipertensivas.
El Dr. Julio César Díaz, presidente de la Asociación Argentina de Apiterapia, dice que “la propiedad anticolesterolémica del propóleo, muy relacionada con la hipotensora, está determinada en primera instancia por la presencia de ácidos grasos no saturados, que inhiben la oxidación del colesterol, todo ello en presencia de pequeñas concentraciones del zinc presentes en el propóleo”.
En el caso de la hipertensión, el propóleo no es útil para la crisis hipertensiva; es un excelente regulador en forma lenta y sostenida.
Es un antibiótico de amplio espectro y un efectivo antigripal. Su acción antiinflamatoria y anestésica lo convierte en eficaz protector de la garganta y las cuerdas vocales.
A nivel digestivo normaliza el peristaltismo intestinal, ayuda a la regeneración de úlceras, es protector hepático.
Dermatológicamente tiene capacidad cicatrizante, desinfectante y antiinflamatoria, lo que lo hace indicado para heridas, quemaduras y afecciones de la piel.
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