La celulitis puede definirse como un trastorno metabólico localizado que ocasiona la formación de nódulos adiposos en determinadas zonas corporales, que se presenta acompañado de cambios en la microcirculación local y alteraciones en el tejido conectivo subcutáneo.
Su aparición no se puede atribuir a un único agente ausal, por lo que se considera un proceso multicactorial cuyo desarrollo y gravedad es el resultado de la conjunción de una serie de factores predisponentes, determinantes y agravantes.
Algunas de las alteraciones metabólicas que se consideran determinantes para desarrollar celulitis son: pubertad, embarazo, menopausia, hiperestrogenismo, síndrome pre-mestrual, hipotiroidismo, disfunciones hipofisiarias, diabetes y trastornos hepáticos. El desequilibrio que provocan el cansancio, los trastornos afectivos, los conflictos o el estrés favorecen también la formación de antiestéticos acúmulos de grasa.
Algunos factores que empeoran el pronóstico de esta disfunción son: sedentarismo, malos hábitos alimentarios, utilización de vestimenta excesivamente ajustada, cansancio y falta de sueño.
La existencia de insufisiencias circulatorias en los miembros inferiores o alteraciones funcionales en columna, cadera y/o rodillas son otros factores agravantes de la evolución del proceso celulítico.
¿CELULITIS Y OBESIDAD VAN SIEMPRE JUNTAS?
No, obesidad y celulitis son alteraciones diferentes.
La celulitis puede considerarse como un síndrome clínico en el que se compromete la estructura normal del tejido adiposo (modificaciones del tejido dérmico y subcutáneo junto con alteraciones vasculares e hipertrofia de las células adiposas); por el contrario, en la obesidad, lo único que se produce es un aumento del número o del tamaño de los adipocitos, sin que estos sufran ninguna alteración estructural. Contrariamente a lo que ocurre con la celulitis la persona obesa presenta un tejido uniformemente grueso y sin irregularidades de forma generalizada en todo el cuerpo. Otra diferencia se da en la piel: en la celulitis es áspera, de consistencia aumentada y con aspecto de cáscara de naranja al pinzarla entre los dedos; mientras que es suave, tensa y no presenta aspecto acolchonado en la obesidad.
¿LOS HOMBRES PUEDEN TENER CELULITIS?
Si bien la celulitis afecta mayoritariamente al sexo femenino, no puede afirmarse con rotundidad que el hombre no se vea afectado por este trastorno.
No obstante, su incidencia y su nivel de afectación son muy bajos comparados con los valores que caracterizan la celulitis en la mujer.
¿TODAS LAS CELULITIS SON IGUALES?
Se habla de diferentes tipos de celulitis en función de la distribución de los depósitos adiposos y de su aspecto y consistencia.
En función de su distribución:
* Celulitis generalizada: se presenta en casi todas las superficies corporales. Se asocia a personas con problemas de obesidad, mala alimentación o estilo de vida sedentario. Se inicia a edades muy tempranas y requiere una corrección de los factores que la originaron para evitar, con el paso de los años, consecuencias graves a la salud.
* Celulitis regional: es la más habitual. Puede afectar a cualquier persona y se presenta en las zonas clásicas: glúteos, caderas, muslos y rodillas. Aparece en la pubertad y su evolución está fuertemente condicionada por los cambios asociados al ciclo de madurez sexual femenina.
* Celulitis localizada: está encuadrada en zonas muy puntuales y que no son las habituales (cervicales, brazos, abdomen, tobillo, zona lumbar) Suele estar causada por algún trastorno específico y puede ser dolorosa.
En función de la consistencia de los depósitos:
* Celulitis dura o compacta: es la más frecuente. Los tejidos afectados presentan un aspecto compacto y la masa celulítica está firmemente adherida. Sólo cuando se pinza la zona con los dedos aparece la característica piel de naranja y al hacerlos rotar se puede apreciar la existencia de nódulos. Suele asociarse con estrías, piel seca, hipotermia y facilidad para formar hematomas. Se presenta en mujeres con o sin sobrepeso pero con una buena tonicidad muscular. Es la que responde mejor al tratamiento.
* Celulitis blanda o flácida: los tejidos se muestran blandos y se balancean con el movimiento, tienen aspecto acolchonado y los pocitos característicos. Se presenta típicamente en las mujeres de cierta edad que no realizan ninguna actividad física o que han experimentado procesos súbitos de cambios de peso.
* Celulitis edematosa o acuosa: es la más grave, pero también la menos frecuente. Se acompaña de hinchazón de los miembros inferiores y dolor ocasional.
* Celulitis mixta: implica la coexistencia de las anteriores modalidades en diferentes zonas corporales.
La aplicación de cremas, emulsiones y/o geles debe formar parte de la rutina cotidiana, ya que la constancia es un elemento clave a la hora de combatir la celulitis.
La forma de aplicación del cosmético reductor puede llegar a ser tan importante como su calidad. Por consiguiente y en aras de conseguir su máxima efectividad, es fundamental la preparación previa de la zona a tratar. Para esto, se recomienda una exfoliación suave una o dos veces por semana - con productos como el Gel Ducha Exfoliante Mandarina, Paté Exfoliante, Jabon uva - con el fin de eliminar las células muertas. Así se facilita la absorción de los ingredientes activos con la actividad reductora y reafirmante de la Línea Top Modeling. Esta practica, junto con el propio masaje que se efectúa durante la aplicación de los productos, ayudan a activar la microcirculación y reducir el edema.
Consiguientemente, se mejoran algunos de los factores que intervienen en el cúmulo de tejido adiposo subcutáneo.
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